Presionar "enviar" y fin.
Tus palabras, letra a letra
me quitaron la voluntad.
"Pienso en ti", "Te extraño".
Yo también te quiero
y no sabes cómo te extraño.
"Quiero verte, juntémonos".
Tu voz al teléfono,
tus palabras
que eran mías.
Tu voz que era mía.
Veámonos, pronto.
Tu risa, tu forma.
Tiemblo, y lloro.
Tú, que eras mío.
Y mi miedo, este miedo...
No puedo, no quiero.
Duele escucharte,
duele quererte.
"No quiero verte"
y "enviar" otra vez.
No voy a verte,
no voy a hablarte
nunca más.
"Enviar" y fin.
Fin forever.
Sentarme a recordarte.
Escribir tu nombre
Y sentirlo.
Me permito extrañarte
Sufrir tu voz ausente.
Llorarte una última lágrima
Quererte, pensarte, perderte.
Preguntarme dónde se fue
El amor eterno que sentimos
Dónde los abrazos
Dónde nuestros besos
Dónde nuestra risa
Dónde nuestros sueños.
Y permito, por última vez
Este frío en esta piel
El vacío en esta alma
Y el dolor en mi corazón.
Permito ante mis ojos
El paisaje de tu sonrisa
Permito el interminable
Tunel de tu mirada
Permito en mi rostro
La huella tibia de tus manos
Y su falta demoledora.
Permito la soledad colándose mi pecho
Y la dejo rendirme entre suspiros.
Me dejo recordar tus brazos
Mientras la distancia
Me corta en pedazos.
Me dejo reconocer tu aroma
En el aroma de mi aliento
El aroma de tus besos
El olor de nuestro amor.
Dejo que esta pena
Por última vez me ahogue
Me dejo recordarte…
Volver a amarte.
y la fuerza de la velocidad en cada músculo.
El frío me secaba los ojos
y me hacía heridas en los labios.
Emocionada, agarrada a ti
amarte fue como viajar en moto
a 200 kilómetros por hora.
Aterrada de estrellarme
y reventarme en el pavimento,
no quería parar el viaje.
Así que tuve que ponerme un casco,
y con el casco puesto
no pude sentir como cantaba el viento en mis orejas.
...
Después me quité el casco
y me hice mierda contra el suelo.
...
Moraleja 1: Viajar en moto con casco, ni un brillo.
Moraleja 2: Mejor no viaje en moto.
Moraleja 3: Si no puede evitar viajar en moto, váyase por un camino que conozca y despacito.
Moraleja 4: Si el camino se pone peligroso, BÁJESE DE LA MOTO.
Moraleja 5: Si no se bajó de la moto, y más encima subió la velocidad, USTED SE SACARÁ LA CHUCHA.
Moraleja 6: Si se recupera de esa sacada de chucha, no vuelva a viajar en moto.
Moraleja 7: Si se vuelve a subir a una moto...es usted un reverendo WEON. (o Weona, en este caso).
Y se van, como el tiempo, mis recuerdos a tu lado. El mar y su viento me destrozan sin piedad…Aunque no quiero, escucho nuestra risa de aquellos días, hace años, cuando nos creíamos eternos, y veo nuestras peleas que parecían no acabarse nunca. También cuando peleábamos, nos creíamos eternos. Éramos, sin quererlo, un amor perfecto…tú me hacías intensa, yo te hacía más risueño. Éramos todo aquello con lo que hoy sueño, éramos por siempre niños enamorados. Éramos los dos solos, en un mundo tuyo y mío, no cabían otras voces, ni otras manos, ni otros anhelos. Perdidos, uno en el otro, podíamos pasar las horas, sin extrañar siquiera el aire de afuera. Las olas cantaban solamente para nosotros y en el cielo brillaban los astros tan solo para que no nos perdiéramos. Construimos mil caminos tomados de la mano, reinventamos cada parte de la vida que tuvimos antes de encontrarnos.Eras como el mar en enero, y yo era como las rocas. Tú, insistente, con tu roce me formabas, traspasabas mi rudos bordes suavizándome. Yo, resistente, observándote me dejaba…incapaz de detenerte y de querer que pararas. Todo en mi son tus huellas.
Qué insignificantes son sin ti los días, sin tu voz, sin tu presencia…en este mundo tan gigante. Me lleva, sin quererlo, la corriente de las horas, y esos días se me alejan porque tú te has alejado. Pegada en el tiempo, pegada a tu recuerdo, a esa vida que fue nuestra, no me animo a dar ni un paso. Las olas todavía cantan, pero ya no brillan tanto los astros. Se han quedado tristes al ver que nos perdimos. Cada huella que pisamos se ha borrado…cómo es posible que mi amor aún siga intacto. Al igual que las rocas, no puedo moverme, y tú como el mar, me sigues golpeando. Es invierno ahora, y el mar tiene tu rabia, y se desquita furioso destrozándome a su paso. Él avanza, como tú, con tu vida…las rocas y yo nos quedamos, sólo observando, totalmente incapaces. Mirando como gira la tierra, mirando como te vas. Oyendo su murmullo sordo, escuchando tu distancia y tu rencor.
Te he amado con tanta fuerza, con toda la que he tenido, te he extrañado con la pena más inmensa que puede existir. Yo te amé y tú no me amaste…aunque pensabas que sí. Y se acabó porque no me amabas, y porque no me amabas me olvidaste. Te dejé porque no me amabas, y porque no me amas, no puedes perdonarme. Y por eso, tú sonríes. Y por eso me lastimas, y porque te amo es que no sé cómo seguir…sola en este mundo…de verdad, preferiría morir.
Estás aquí, sentado en mi cama. Verte me alegra mucho más de lo que quiero reconocer; tu presencia llena cada espacio de esta habitación. Pienso en eso y me da miedo, qué será de mí cuando te vayas?...pero resisto. Estaré bien, me digo, ya ha pasado lo peor. Hablamos, te pregunto por tu fin de semana, y nos escucho, distante...mientras pienso " así es como funciona esto de ser amigos". De pronto la nombras, a tu polola. Una intención de ira amenaza con irse directo a mi cara, peleo, la retengo, y la devuelvo a su origen, a ese rincón oscuro donde van a parar las cosas que me lastiman. Pero por un instante siento la ira asomarse en mis ojos y los desvío de ti. Esbozo una sonrisa, e esas falsas a las que acudo cada vez más a menudo. Nuestras palabras las percibo tan ajenas...Tu rostro, tu aroma, tu voz me envuelven, está comenzando el embrujo. Pienso en las noches amargas, pienso en el espacio vacío en mi pecho, pienso en ti y en cuánto te amo, pienso en la inutilidad de mis ganas de no haberte perdido, pienso que de esta forma ambos estamos mejor. Reacciono. Me cubro el pecho, me siento derecha, me alejo un poco. No está bien que intente seducirte, esto hace rato dejó de ser un juego. Me levanto y voy al baño. Me veo al espejo, y ahí está otra vez, la luz en mis ojos, la ansiedad en cada músculo de mi cara. No quiero volver a verte, le digo al reflejo, y este me observa sin haberme escuchado. Regreso. La atmósfera cargada de ti me sobrepasa. Quisiera quedarme en este instante para siempre, quisiera convertirme en aire y escapar, quisiera esconderme en un rincón y aspirar tu presencia hasta que me llene los pulmones, circule por mi sangre y llene de ti todo mi cuerpo. Regreso y te miro. Yaces tenido en mi cama, silencioso y perfecto, no existe nada más. Mis piernas se sienten lentas mientras avanzo hacia ti. Recuerdo haberte hablado de una amistad sana y fraterna...algo me dice que debo detenerme. Creo que alguna vez me sentí resistente al embrujo...dónde está esa sensación, no consigo alcanzarla. Recuerdo también tu voz pronunciando un tal vez...pero me voy rápido a mi afán de asesinar la posibilidad antes de que ella me mate a mí. Pero tu piel me llama, grita tan fuerte que no puedo pensar en otra cosa. Miro el espacio exacto donde mi cuerpo cabría perfecto, y siento como, palmo a palmo, se instala sobre mis hombros ese frío tan dulce que se deshace sólo con tus brazos a mi alrededor. Me hundo en tu pecho, indefensa, me embriago con tu aroma y la tibieza de tu cuerpo, me enredo entre tus brazos tratando de notar como desaparece el frío. Pero no es suficiente, nunca es suficiente. Y una puntada amarga me despierta. Duele tanto que no puedo soportarlo. Te abrazo con fuerza para que el recuerdo de tu amor me espante el fantasma. Pienso en el tal vez, la posibilidad me mira y yo corro a buscarla. Que no se escape, la tomo con mis manos y la guardo. Ya no me duele, y ya no quedan fantasmas. El frío es ahora el calor delicioso tu cuerpo. Ya no quiero resistirme. Me rindo ante la fuerza maravillosa que tiene el deseo, que anula cualquier intención de combatirlo, que dirige mis sentidos para que sólo a ti pueda verte, oírte, tocarte, olerte y saborearte. Tus manos recorren mi espalda dejando una huella caliente en mi piel. No debes detenerte, me muero sin tus manos, sigue más abajo...presionas contra mí tu cuerpo tenso, tu aliento en mi cuello me provoca un escalofrío. Quisiera desintegrarme bajo tu gravedad. Me estoy deshaciendo, me derrito, húmeda, caliente, te busco en tu boca, desaparezco, no hay nada más que tus labios, tu lengua, por Dios, cómo te amo. Despierto de nuevo, un balazo en mi corazón. Y la presión en mi pecho se va a mi garganta y aprieto los ojos para que no me delaten. Sólo tú puedes salvarme. Bésame más, más profundo, te agarro el pelo con furia, me duele!, haz que se me pase. Tu mano entre mis piernas me distrae y lo consigues. Mi héroe, de nuevo, después de tantos años...no soporto más, mi cuerpo va a estallar. Me dejas un segundo, estoy poseída por tu embrujo, inmóvil ansiosa, te espero. No quiero pensar. Ahí está de nuevo, el mundo vuelve a aparecer. Cierro los ojos, no quiero verlo, no quiero escucharlo, vuelve..y en ese instante tu boca me pesca y me devuelve con violencia, como una ola sorpresiva que me ahoga, me marea, me deja ciega y sorda...ven acá, quiero tener todo tu peso encima, quiero morir asfixiada en tu cuello. Me tocas, me quemas, quisiera ser del porte de tus manos para que la piel que no alcanzas no extrañe tus caricias. Te monto decidida, no puedo esperar más, me late el pecho, un gemido que me atora, quisiera gritar, liberar esta calentura...mis caderas se mueven solas, mi vientre se contrae para sentirte más, te miro, te beso, mis pechos reclaman, tu boca los calma y se acerca la tormenta, una ráfaga ardiente estremece cada pulgada de mi cuerpo desde mi vientre a mi garganta, mi espalda se tensa y caen mis hombros rendidos; regreso a tu cuello para sentir tu aroma y saborearlo...para rescatar hasta el último segundo de este dolor perfecto entre mis piernas, y sin aviso, como una indeseable visita, el cansancio de mi aliento se convierte en un sollozo y mis párpados cerrados se rebalsan con lágrimas que me arden, que me duelen, no las puedo devolver. Las escondo en un suspiro y las confundo con el sudor de mi agitación. No quiero que me veas; si me ves, soy toda tuya y no me queda nada para combatir el embrujo. Tiemblo de miedo, me tomas en tus brazos y me embistes en el suelo. Quiero que me duela, que me folles con violencia, te lo pido en silencio, el nudo en mi garganta no me deja hablar. Me concentro, me alejo de la angustia. tu cuerpo me domina otra vez, te siento, te siento más y más profundo y por fin muero otra vez, mi vientre exhala e último temblor, y la habitación aparece como abriéndose paso entre la niebla. La cama, los muebles, el ruido de la calle, la brisa helada que entra por la ventana, el cenicero lleno, tu ausencia. Como un robot sonriente me acerco, tal vez te beso, no lo sé. Ya no soy yo quien te toca. Yo sigo tirada en el piso tratando de reconstruir la sensación de tus besos. Ya es tarde y debes irte. Te acompaño a la puerta. Me besas desde lejos. Mi brazo te detiene. Por favor, no te vayas, te suplico en mi mente. Te abrazo, de nuevo tengo frío. Pero tú ya estás a mil kilómetros de mí y tu abrazo me da más frío. Nos vemos mañana, dices. Mañana...cómo duele pensar en mañana. Recuerdo el tal vez, busco la posibilidad donde la había guardado, no aparece. Seguro se perdió entre tanto desorden. O tal vez se escondió para vigilarme y cuando me descuide, por fin liquidarme.
Qué pasa?, preguntas. Y me miras con ese gesto tuyo. Nada, respondo, intentando una sonrisa a medias. Quisiera poder hablarte...más que nada, quisiera poder contarte. Pero no es un buen momento, y no tengo las palabras, y se me acaban las fuerzas, respiro apenas...Nada pasaría si yo no te amara. Tú y yo, anoche...no hubiera pasado si no te amara. Y esta mañana maldita me recibe con tu ausencia renovada. La noche se acaba y se acaba el hechizo. Amanece lloviendo en pleno verano...me dueles con cada gesto, me dueles con tus palabras. Lejos de mi... para ti es tan sólo un juego, que yo no jugaría si no te amara.Me preguntas qué pasa, y por un segundo busco las palabras...sonrío e insisto, no me pasa nada. Si pudieras por un instante ser un poco menos...Hoy te vas, sin mí, y yo hace días que te extraño. "De otra, será de otra, como antes de mis besos". Lejos te has ido hace ya tanto tiempo...me dejaste un resquicio, lo que te ha quedado sobrando. Todo eso que fuiste conmigo y que ya no te sirve, eso me dejaste y te largaste. Y con eso he de inventarme algo que se parezca a una realidad.Me llevas mucha ventaja...yo me quedo porque quiero, lo permito porque lo deseo, ya sé que no es tu culpa!!, pero no ocurriría si no te amara. Y, tal vez, tampoco ocurriría si no supieras que te amo.
Hace un rato escuché tu voz de lejos. Me parece tan vacía y tan extraña tu voz cuando no es para mí...así como toda la vida que has construido afuera. Como si resucitaras cada vez que nos encontramos, como si los besos verdaderos fueran sólo los que me has dado, y como si los sueños más deseados fueran sólo los que construiste conmigo. Luego vuelves a tu mundo paralelo y te transformas en un extraño, no reconozco ni tu forma de hablar, ni de moverte. Pero al rato, apareces de nuevo, frente a mí, y eres tú de nuevo. Te pierdo y te recupero.